Ah, el Benidorm Fest. Ese culebrón musical donde los sueños se forjan a base de gallos, horteradas made in Spain, muñecas rotas del pop, estilismos cuestionables, y un público de gays y mariliendres con gustos más impredecibles que una opinión de Pérez Reverte. Este año no podía ser menos: drama, memes, y una ganadora que ya nos suena de algo.

Yo te lo cuento.

Melody, tía. Una diva sencilla.

Pues sí. La flamante campeona del Benidorm Fest 2025 fue nada más y nada menos que Melody. Que efectivamente es la misma que nos hizo bailar con «los gorilas» cuando aún pensábamos que un politono era lo más top en tecnología (uh, uh, uh 🐒), y que ahora es una DIVA que parece que va puesta de Red Bull y que está a punto de entrar a un Karaoke a cantar por Gloria Trevi.

Perdóname, hija mía, pero tengo que decirlo. La actuación es un cuadro, y el río una mierda.

La tía empieza la tarde colgada del techo en un columpio y vestida como de cabaret (?) que parece una mala de Shrek. Luego se marca una coreografía que ni Ruslana por Chanel. Un cambio de vestuario por allí, un pino-puente por allá, una letra que da muchísimo cringe por aquí… y para terminar El Helicóptero de Cuello que emocionó a Spielberg (y que le dio sudores fríos a su fisioterapeuta).

Tacky, tacky, rumba. Delirio colectivo total internacional.

«¡Cómo no voy a hacer lo del pelo, si se ha hecho viral por el mundo entero», ha dicho ella en la rueda de prensa.

Ay, vida mía.

Pero mucho ojo porque la historia de su victoria parece salida del guion de una película de sobremesa de Antena 3. Días antes de la final, la tía estaba ingresada con oxígeno por una pulmonía. Pero ella, muy digna siempre, decidió que no era excusa para dejar de entregarse al 100%. Una diva es valiente. Poderosa.

Entre los favoritos también estaban Daniela Blasco, que es una persona que canta todo lo bien que puede cantar una bailarina, y J Kbello, un artista urbano que rezumaba vibras italianas de Mahmood y que logró el apoyo del jurado profesional, pero no del televoto. Vaya toalla.

La gala transcurrió como se esperaba. Lo típico. Un par de puntuaciones del jurado llevaron a los conspiranoicos al abucheo, los artistas hicieron sus speeches de treinta segundos tipo meeting, y Paula Vázquez transmitió la misma energía que un inocente y confundido Golden Retriever en mitad de un campo de margaritas. Sólo que las margaritas fueron chistes extrañísimos de Inés Hernán y el campo fue un mar de referencias de Internet y al hiper-now.

En fin.

Ahora, las opiniones están divididas. Algunos expertos (porque sí, hay expertos en esto) creen que la propuesta de Melody está «desfasada» y que debería modernizarse para tener opciones en Eurovisión (si no queremos volver a quedar en el último puesto y volver a hacer otra vez el típico chiste de que la tabla está al revés y tal). Otros, en cambio, aplauden su «fuerza» y la ven como la representante perfecta de la «Marca España».

Yo personalmente lo tengo claro, chicos. Estoy anonadada. ¿Cómo hablar?