Comic Sans es probablemente la tipografía más odiada del mundo, pero también es la tipografía más conocida, más viral, y la única que se ha colado en el imaginario colectivo y la cultura popular, más allá de cualquier barrera.
🚀 Le pese a quien le pese, Comic Sans es la celebrity de las tipografías, y nosotros mismos la hemos colocado en esa posición con nuestros memes cutres. Pero ¿cómo hemos llegado hasta aquí?
El nacimiento de Comic Sans
En 1994, Vincent Connare diseñó la tipografía Comic Sans para Microsoft. Originalmente, se pensó que esta fuente sería perfecta para Microsoft Bob, una aplicación precursora de los asistentes de Office que terminó fracasando estrepitosamente.
Como el diseño de nuestra tipografía cartoon favorita no llegó a tiempo, y el lanzamiento de la aplicación fue un descalabro, el diseño de Connare terminó colándose en el paquete de tipografías preinstaladas de Windows desde aquel momento en adelante.
Quizá todo esto eran ya señales de mal augurio, pero me imagino que nadie pudo sospechar lo que se les venía encima.
💡 Vincent Connare estudió diseño tipográfico en la universidad de Reading y no sólo diseñó Comic Sans, sino que también participó en la creación de Trebuchet MS, Marlett, y Webdings. Pero ¿a quién le importa? La conocidísima Comic Sans es la única que ha logrado entrar en el universo de Internet con su propia imagen y entidad, y en sus propias palabras, es lo mejor que ha creado.
¿Cuándo empezó la mala fama?
La mala fama de Comic Sans no llegó hasta más adelante. De hecho, fue una tipografía muy querida y popular durante los años 90 y principios de los 2000: muchos jóvenes la utilizamos en Messenger o la vimos en la interfaz de algunos videojuegos como Los Sims.
Esa misma popularidad fue quizá la que terminó por cansar al público: la gente empezó a utilizarla en todas partes, incluso para contextos más serios y formales para los que Comic Sans no estaba pensada. Contratos de trabajo, cartas certificadas, pólizas de seguro, grabaciones en la copa del Rey española, o presentaciones científicas sobre el posible descubrimiento del Bosón de Higgs.
😡 Este mal uso de la Comic Sans la fue convirtiendo poco a poco en diana de todo tipo de críticas:
- «Es una fuente infantil, poco seria, y mediocre.»
- «Comic Sans sólo es aceptable si eres una niña de 8 años escribiendo un poema sobre unicornios.» 🦄
- «Comic Sans está pobremente dibujada, es pueril e inestable.»
- «Está reservada a propósitos infantiles y ridículos. Si está escrita en algún lugar, sabes que no hay ningún adulto en la sala.»
¿De quién nos reímos cuando nos reímos de Comic Sans?
Vale, es cierto. Comic Sans no es una tipografía elegante, seria, minimalista, y sofisticada. Pero es divertida, juvenil, desenfadada, fácil de leer, ligera, y burbujeante. ¿Es que acaso esas son características menos deseables que las primeras?
Si utilizamos Comic Sans para una noticia en un periódico sobre la situación sanitaria internacional, quedará raro. Estaremos dándole un uso pésimo:
Pero si la utilizamos, por ejemplo, para creatividades ligeras relacionadas con la educación, que faciliten la lectura a los niños o a los estudiantes, es una tipografía más que acertada. Para mi gusto, incluso diría que puede quedar bonita y delicada si la sabemos utilizar correctamente y rodearla de los elementos adecuados.
Quizá esta sea una reflexión demasiado profunda para tratarse de una simple tipografía. Pero cuando nos reímos de la Comic Sans, es posible que de algún modo estemos volviendo a rechazar todo aquello que tanto tememos. La Comic Sans representa ese mundo tacky, inculto y vulgar al que no queremos pertenecer. Quizá porque nos consideramos demasiado inteligentes y profesionales como para saber que Comic Sans es un elemento «bajo», y que nosotros estamos por encima porque hemos estudiado francés. No-sé-qué. Como si todos hubiéramos de ser lo-más-parecido-posible a hombres con corbatas escribiendo sobre ingeniería civil en Times New Roman. ¿En realidad nos estamos riendo de esa niña de 8 años que escribía su poema sobre unicornios?
En fin, ¿qué hay de malo en los unicornios? 🦄 Todo el mundo sabe que son fantásticos.
¿Y si la Comic Sans no tiene nada de malo? ¿Y si hemos sido nosotros los que la hemos terminado estropeando mediante un uso incorrecto y nuestra campaña gratuita de ridiculización?
En defensa de Comic Sans:
Esta científicamente demostrado que la tipografía Comic Sans (y otras fuentes similares) son mucho más fáciles de leer para los niños, y también para personas disléxicas. La forma irregular de letras las hace más fáciles de identificar y diferenciar que en otras tipografías más rectas y uniformes. Se dice que este tipo de fuentes, utilizadas correctamente, podrían favorecer el gusto por la lectura en los más pequeños.
¿Hemos de priorizar nuestro esnobismo estético por encima de la funcionalidad de una tipografía sólo porque no sabemos utilizarla correctamente o no nos parecen suficientemente respetables los ámbitos para los cuales está pensada?
Comic Sans es una letra divertida y desenfadada perfecta para contenidos ligeros (tanto en forma como en fondo) en los que nadie desearía toparse con una aburrida e interminable Times New Roman.
Por supuesto, cada uno es dueño de sus gustos. Dentro de un buen uso, puede seguir sin ser lo que queremos. Pero creo que Comic Sans no es TERRIBLE. Solamente es una tipografía como otra cualquiera.