El 2 de mayo de este año, empezábamos nuestra nueva temporada entrando el catálogo de Phi Beta Podcast. Después de doce episodios, la terminamos con un episodio especial sobre el verano en el que Tristes en la Ciudad decide salir al exterior para celebrar las altas temperaturas y las vacaciones (aunque no tenemos)
Lo cierto es que, aunque ha sido una temporada muy corta, ha estado llena de novedades. No sólo a nivel formato (vídeos de YouTube, improvisaciones…), sino a nivel personal.
Tristes en la Ciudad x12 | Season Finale | «El verano»
Me siento súper agradecida por todo lo que estoy aprendiendo gracias a este proyecto. Tristes en la Ciudad es una especie de regalo que me he hecho a mí misma y mediante el cual puedo explorar partes de mí que todavía no he sido (o que no me he atrevido a ser)
Este es un proyecto sobre el que nunca deposité mis expectativas ni mis aspiraciones. Nunca lo hice más que por diversión, o por lo que llaman «el amor al arte». Y a pesar de que el amor al arte no da de comer a nadie, no deja de sorprenderme lo mucho que me ha aportado.
Creo que aunque lo que hayamos conseguido sea poco, ya es mucho más de lo que se me habría ocurrido imaginar.
(Así que gracias a los cuatro gatos/ pingüinos que nos escucháis)
Un resumen de la temporada
Esta temporada me lo he pasado genial durante los episodios, y creo que hemos sacado guiones divertidos. Carla y yo somos bastante diferentes cuando se trata de comunicar, pero creo que funcionamos muy bien juntas a la hora de escribir. Supongo que esas diferencias dinamizan el contenido, o remarcan más los «personajes» que intentamos representar (que no son más que exageraciones de nosotras mismas)
En cuanto a los episodios improvisados más recientes, han supuesto un reto personal. Jamás me habría visto capaz de improvisar un episodio completo, y fíjate, lo estoy haciendo. Tenemos una escaleta en la que nos apoyamos para saber por dónde tirar si nos quedamos en blanco, pero en general, dejamos fluir la conversación.
Creo que cada vez me siento más cómoda frente a la cámara, incluso sin un guion, y eso es un gran escalón superado para mí: está fuera de mi zona de confort, choca de frente con mi ansiedad, etc.
Aún así, he aprendido que siento cierto regusto por las cosas que más vergüenza me dan.
A partir de septiembre
Carla y yo tenemos algunas ideas ya pensadas para el futuro, porque parece que vamos a seguir insistiendo en que a la gente le guste este programa de mierda. Y la verdad es que me ilusiona mucho pensarlo.
¡Stay tuned!