La palabra «inefable» y otras curiosidades de la lengua
14 de junio de 2023
Inefable y otros misterios

«Inefable» es una palabra que se utiliza para describir algo que no se puede describir con palabras.

Si analizas con detenimiento esta frase, verás que no sólo parece una contradicción lógica, sino que de hecho, lo es. De algún modo, las cosas inefables dejan de ser inefables en el momento en que decimos que lo son, porque ya estamos utilizando al menos una palabra para describirlas. La paradoja de lo inefable saca a la luz una de las cualidades y limitaciones más curiosas de la lengua, y es una prueba más de que las palabras tienen un funcionamiento mucho más complejo de lo que puede parecer.

La existencia de lo inefable

Para aquello que describe la palabra «inefable», todas las palabras parecen quedarse demasiado pequeñas – o demasiado grandes – como para describir su esencia excepto aquellas que, precisamente, describen la imposibilidad o dificultad para describirla. Pero no sólo inefable. También indescriptible, inexpresable, indefinible, inenarrable, indecible, o incomprensible. En algunos casos, también sobrecogedor, misterioso, atroz, intenso, sutil, complejo, difuso, o vasto.

Es decir, que incluso para expresar con palabras la ausencia de palabras – o la patente dificultad para encontrarlas – uno dispone de un arsenal completo de ellas. Vago, irresoluble, denso, incalculable, excesivo, profundo, confuso, sublime, inextricable, intrincado . Por supuesto, las posibilidades se multiplican cuando las combinamos.

Sin embargo, la incapacidad/dificultad para describir algo es de quien describe, y no de la cosa descrita. Esto quiere decir que a pesar de todo este arsenal, aún parece que «la cosa inefable» o «la cosa indescriptible» no ha terminado de ser descrita pese a estas palabras. Como si éstas tuvieran una cualidad «insuficiente», estuvieran vacías de la naturaleza de la cosa, o nunca las hubiéramos dicho.

La palabra «inefable» no es más que una forma de poesía, como todas las palabras. «Inefable» es un recordatorio claro de que una palabra es tan solo un recurso, una herramienta, o una figura. Algo que en realidad ya sabemos, pero que raramente nos paramos a pensar.

Por ejemplo:

«Triste» no es un sentimiento, sino una palabra. El sentimiento triste es otra cosa, y esta cosa se representa de forma simple con esta figura. Lo más curioso es que dentro de la entidad conceptual de este sentimiento triste, fácilmente podemos encontrarnos significados que están hospedados en palabras diferentes a la palabra «triste». Es decir, que cuando uno se siente triste, es imposible que «triste» sea la única palabra que describa el sentimiento triste que uno siente.

Entender lo que no se puede decir

Algunos filósofos defienden que si no uno no es capaz de explicar algo mediante las palabras es porque, en realidad, nunca ha llegado a entenderlo del todo. Otros sostienen que hay parte de nuestra experiencia que se comprende de forma intuitiva o apreciativa, más allá de los signos.

Si bien es cierto que la lengua es una herramienta poderosísima para nuestra comprensión del mundo, su uso no deja presentar limitaciones que se hacen patentes alrededor de este tipo de cuestiones «inefables».

Tal vez es porque soy una apasionada de las letras y de la comunicación, pero me gusta pensar que las palabras tienen mucha más capacidad de la que pensamos. En realidad, creo que es nuestra condición humana la que nos dificulta la expresión, y no la naturaleza de nuestras palabras.

La lengua es una herramienta muy versátil que permite representar de formas sorprendentemente amplias, y sorprendentemente abstractas. Además, las palabras no son cajas individuales, sino que comparten significados, en ocasiones se pisan, y están conectadas entre ellas. Se pueden combinar y estructurar de formas muy diversas, arrojando significados e informaciones con nuevos matices y detalles cada vez. Por no hablar de que en el mundo se hablan alrededor de 7000 idiomas diferentes y cada uno de ellos está en constante evolución. Adaptándose a lo que cada comunidad quiere decir en cada momento.

Aunque nos resulte complicado utilizar las palabras para capturar completamente la riqueza de nuestra experiencia humana, sí pueden ofrecer una aproximación cada vez más cercana. Especialmente si practicamos con ellas y les pillamos los trucos, al igual que con cualquier otra herramienta.

¡Prueba suerte! Ese es mi consejo. Quizá sí encuentres la forma de decir eso que crees que no puedes decir. Quizá sí haya alguien que te entienda. Y quizá no sea tan complicado como piensas.

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"Las historias no son verdades, pero son realidades. Las historias son útiles. La gente que no tiene historias no vive bien en el mundo. Y las historias son como el agua: cambian su forma, pero siempre encuentran la manera de fluir hacia adelante. Cuando las compartimos, también aprendemos a ser humanos unos con otros."

- Ursula K. Le Guin

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@sarabuin_

Soy fan de Taylor Swift, escribo un blog, y tengo un podcast (todas las pistas apuntan a lo mismo: soy millennial)

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