Personal

Las palabras se me solían quedar dentro. Quería decirlas pero no podía: se me atascaban en la garganta. Un nudo de palabras. Una gran bola de palabras en la garganta. Tanto, que después de andar callándomelas, llegaba a casa y salían a borbotones. Como quien vomita...

Hoy me he dado cuenta de que no sé cuál es tu segundo apellido, y ha sido horrible. No porque haya caído en la cuenta de que eres casi un desconocido, sino porque me ha dado igual. Entonces he recordado que a mí no me conmueven tus canciones. No me angustia desconocer...