¿Qué ocurrió en el Hotel Chelsea? Historias de amor y muerte en el corazón de la bohemia neoyorquina.
31 de julio de 2025
que ocurrió en el hotel chelsea

Ubicado en el número 222 de la calle 23 entre la Séptima y Octava avenida, el Hotel Chelsea es una auténtica leyenda viva de la cultura. Construido en el año 1884, y diseñado con una combinación de dos estilos arquitectónicos —Reina Ana y gótico victoriano—, fue el refugio en Manhattan de innumerables artistas, músicos, escritores, celebridades, y genios malditos de la bohemia neoyorquina desde finales del siglo XIX.

“Llegué a Nueva York y estuve viviendo en otros hoteles, pero había oído hablar del Chelsea como un sitio en donde podía conocer a gente en mi onda. Y lo hice. Era un lugar enorme, de locos. Me encantan los hoteles en los que, a las cuatro de la mañana, puedes traer contigo a un enano, a un oso y a cuatro señoritas, llevártelos a tu habitación y que a nadie le importe”.

Leonard Cohen.

Hoy te cuento las historias más relevantes que tuvieron lugar en este legendario hotel, y algunos secretos y teorías sobre sus excéntricos huéspedes de larga duración. 

¿Qué ocurrió en el Hotel Chelsea?

El trágico y misterioso asesinato de Nancy Spungen.

El 12 de octubre de 1978, Nancy Spungen apareció muerta en el suelo del baño de la habitación número 100 del Chelsea, desangrada tras un apuñalamiento. Tenía solamente 20 años, y por aquel entonces, mantenía una relación con el mítico y ya polémico bajista de los Sex Pistols.

Sid Vicious fue arrestado, pero murió por sobredosis antes del juicio. El crimen nunca llegó a resolverse, así que lo único que tenemos son teorías: éstas hablan de problemas con traficantes de droga que podrían haber estado involucrados, ajustes de cuentas, y posibles encubrimientos.

Desde entonces, algunos empleados y huéspedes del hotel han reportado ver figuras similares a Nancy Spungen en la habitación 100, o un “poeta con sombrero” que aparece y desaparece por los pasillos. Suena esotérico, pero lo cierto es que el Hotel Chelsea nunca ha ocultado estos rumores ni otras historias paranormales relacionadas con sus míticos rincones, y de algún modo, forman parte también de su aura legendaria.

Los últimos días de Dylan Thomas (y sus curiosas últimas palabras).

El conocido poeta galés Dylan Thomas acudió a una taberna cercana al Hotel Chelsea, donde se había estado alojando desde hacía meses, la noche del 9 de noviembre de 1953. Allí se bebió 18 copas de whisky seguidas. Algunos aseguran que le vieron caer desplomado, y otros dicen que llegó sano y salvo a su habitación de hotel. El caso es que Thomas fue trasladado a urgencias después de aquellas 18 copas, que él mismo admitió haber bebido, y falleció tras un periodo de coma en el hospital St. Vincent de Nueva York.

La versión oficial dice que la causa de la muerte del poeta fue una encefalitis causada por la falta de oxígeno asociada a una neumonía previa, pero el mito de las 18 copas quedó para siempre como epitafio, ya que sus últimas palabras fueron: “me he bebido 18 whiskies, creo que he batido un récord” y la muerte tuvo lugar justo después de aquella fatídica noche de alcohol.

La taberna a la que acudió fue la White Horse Tavern, ubicada en West Village y ya mitificada por las grandes historias que han tenido lugar allí desde sus inicios. Viendo las fotografías del bar, y los aires old-school de su carpintería, puedes imaginarte de forma muy vívida al atormentado poeta bebiendo una de sus interminables copas en la barra. 

Patti Smith y Robert Mapplethorpe fueron “solo unos niños”.

Así lo recuerda la propia Patti Smith en su autobiografía más célebre, donde narra con nostalgia cómo ella y Robert Mapplethorpe llegaron al Chelsea sin apenas dinero. El hotel les permitía a cambio de sus obras artísticas, y tenía el ambiente de libertad absoluta que aquellos dos bohemios andaban buscando.

Durante su estancia de larga duración en el Chelsea, Robert experimentó con diferentes formas de arte hasta convertirse en el gran fotógrafo que fue. Y Patti, por su parte, se dedicó a escribir poesía, leer, componer y cantar. Allí se codearon con artistas y personalidades muy importantes de la época, como por ejemplo la mismísima Janis Joplin.

Robert murió de sida en 1989 y Patti lo cuidó en sus últimos días. En «Éramos unos niños», ella dice que lo escribió porque él se lo pidió. 

Prométeme que contarás nuestra historia”, le dijo Robert. Y ella cumplió. 

Estos dos siempre se tuvieron mucho amor y mantuvieron una relación entre ellos a pesar de que Robert era homosexual (decía que su amor por ella era más importante que eso). Así, Smith y Mapplethorpe fueron uno de los ejemplos más importantes de amor libre y exploración de la orientación sexual en su época.

Muchos años después, Patti Smith regresaría al Chelsea con una guitarra y una carta: tocó en el vestíbulo como forma de despedida simbólica antes de que el hotel cerrase para su restauración en 2011. Desde entonces, se dice que el Hotel Chelsea nunca ha vuelto a ser el mismo (a pesar de que volvió a abrir sus puertas como hotel de lujo en el año 2022, perdiendo su esencia bohemia, artística y underground)

La felación más famosa de la historia.

Una noche de 1968, Leonard Cohen y Janis Joplin coincidieron en un ascensor del Hotel Chelsea. Ninguno buscaba al otro —él esperaba encontrarse con Nico, y ella con Kris Kristofferson—, pero terminaron juntos en una habitación. ¿Qué ocurrió en ese ascensor? Bueno. Según Leonard Cohen, la cosa fue así:

“Yo le dije, ‘¿buscas a alguien?’ Ella dijo: ‘Sí, busco a Kris Kristofferson’. Yo le dije: ‘Señorita, estás de suerte, porque yo soy Kris Kristofferson’. E incluso sabiendo que yo era algo más bajito que Kris Kristofferon, ella no hizo mención de ello”.

Leonard Cohen inmortalizó su versión de “los hechos” en su canción Chelsea Hotel, donde habla sobre cómo Janis Joplin le hizo una felación mientras su limusina esperaba fuera (la mamada más famosa de la historia, si me permites) y canta: “volviste a decirme que preferías a los hombres atractivos, pero que por mí harías una excepción”.

Años después de la muerte de Janis, que falleció sin saber todo lo que había inspirado en Cohen, éste sacó una segunda versión de la canción, llamada Chelsea Hotel #2, con unos cambios en la letra para volverla más emocional. De este modo, ese encuentro superficial, ese divertimento tonto de dos jóvenes artistas del momento, se convierte en una escena mucho más profunda e intensa a la luz de la muerte de Joplin por una sobredosis.

Bob Dylan se niega a romantizar el mito del Hotel Chelsea.

“El Hotel Chelsea no era más que un lugar donde los artistas se emborrachaban y se mataban”, dijo Bob Dylan una vez. Él siempre ha querido mantenerse al margen de toda la “mitología” creada alrededor del hotel. Asegura que lo que allí ocurría no era nada tan especial, y siempre ha querido restarle importancia a pesar de que él es una de las personalidades más importantes que pasaron por allí.

En sus memorias, Chronicles: Volume One, Dylan apenas menciona el Chelsea, a pesar de que vivió allí durante mucho tiempo con su novia y futura esposa, Sara Lownds, en la habitación 211, quizá para no dar más bombo a una leyenda que ya se había hecho invencible sin sus bendiciones.

No puedo evitar que su punto de vista me recuerde a lo que mencionan los Eagles en su famosísima Hotel California, en la que este hotel es una suerte de metáfora sobre cómo, acceder a ciertas fantasías irrealizables, nos puede llevar a la autodestrucción.

«La canción Hotel California describe un hotel lujoso y aparentemente acogedor, pero que en realidad atrapa a sus huéspedes en un ciclo de excesos y hedonismo del que es difícil escapar. Se considera una metáfora de la fama, la fortuna y la búsqueda de placer que puede llevar a la adicción y la pérdida de la inocencia.»

Explicación de @guitarraviva

Un hogar desvencijado donde se escribió la historia.

El Hotel Chelsea fue también el escenario de gigantes como Andy Warhol, que rodó allí su película Chelsea Girls: un collage experimental que retrataba la escena underground neoyorquina con toda su crudeza. 

Mark Twain, uno de los primeros inquilinos célebres, se alojó allí durante sus últimos años. William S. Burroughs escribió parte de El almuerzo desnudo encerrado en una de sus habitaciones, donde se dice que sufrió alguna alucinación, mientras Jack Kerouac tipeaba sin parar los rollos infinitos de En el camino, entre paseos frenéticos por los pasillos.

Thomas Wolfe también vivió allí, y según se dice, solían “invitarle a abandonar la estancia” porque su forma de escribir implicaba caminar de un lado para el otro de la habitación gritando frases sueltas a altas horas de la madrugada. Charles Bukowski dejó también su huella, y Arthur C. Clarke escribió en una habitación del Chelsea parte del guión de 2001: Una odisea del espacio, en colaboración con Stanley Kubrick

El Chelsea inspiró a tantos, directa o indirectamente, que hasta aparece replicado o transfigurado en diferentes ficciones. Por ejemplo en Casi Famosos (2000), una película en la que los protagonistas se alojan en un hotel ficticio llamado The Plaza, y en el que todo —la euforia creativa, el descontrol, las relaciones intensas y fugaces, la sobredosis de Penny Lane en la habitación—remite al espíritu del Chelsea. 

Y es que el Hotel Chelsea era (y sigue siendo) mucho más un simple lugar. Es un espacio sagrado y profano al mismo tiempo. Un escenario lleno de vida, y al mismo tiempo, una trampa mortal. En sus habitaciones, en sus pasillos, en sus ascensores… grandes artistas de la historia escribieron sus mejores obras, fotografiaron sus mejores retratos, contaron sus historias, cantaron sus canciones, disfrutaron hasta el límite o perdieron la vida. 

Fue la trinchera de aquellos que quisieron escapar, de los que lo daban todo por el arte y la cultura, y de los que sin duda se quemaron por completo en el desesperado intento de vivir intensamente.

Otras entradas

Hace 10 años que no estás conmigo, mamá.
Hace 10 años que no estás conmigo, mamá.

Mamá, ayer se cumplieron diez años desde que te fuiste. Por eso es que corrí a comprarte un ramo de flores al mediodía y lo coloqué junto a tu fotografía en el salón. Hace tiempo que recurro al...

"Las historias no son verdades, pero son realidades. Las historias son útiles. La gente que no tiene historias no vive bien en el mundo. Y las historias son como el agua: cambian su forma, pero siempre encuentran la manera de fluir hacia adelante. Cuando las compartimos, también aprendemos a ser humanos unos con otros."

- Ursula K. Le Guin

Suscríbete a mi newsletter para recibir novedades en tu bandeja de entrada